domingo, 25 de agosto de 2013

¿Cristianismo puro o catolicismo a la medida?

Querido amigo o amiga, si has tenido la paciencia de llegar hasta aquí y de comenzar a leer un blog con un título como este mereces hacerte la siguiente reflexión:

¿Las enseñanzas que la Iglesia católica ha insertado en el código genético de la gran mayoría de los habitantes de la vieja europa y de una gran parte de los habitantes del resto del mundo durante los últimos siglos responden realmente a la doctrina que un hombre llamado Jesús y nacido en Nazaret nos quiso transmitir, o sus enseñanzas han sido manipuladas, adaptadas, silenciadas aquellas que no convenían, y aniquilados quienes las ponían en duda por una maquinaria eclesial perfectamente engrasada a lo largo de veinte largos siglos que, en la mayoría de los casos, responde a los intereses de la jerarquía católica (la todopoderosa curia), intereses que no siempre pueden ser denominados de loables?

La doctrina de la Iglesia Católica se basa en el contenido de los Evangelios que han venido en denominarse "canónicos" y que probablemente fueron escritos en el siglo I (el Papiro P64, es el más antiguo manuscrito conocido del Nuevo Testamento, apodado como el Papiro Magdalen, por estar en poder del Magdalen College, de Oxford -Inglaterra- desde 1901. Contiene un fragmento del capítulo 25 del Evangelio de Mateo, y ha sido fechado como del siglo I, no anterior al año 66 dC. Es seguido por el Papiro Rylands 457, o también llamado Papiro P52, que contiene un breve fragmento del capítulo 18 del Evangelio de Juan que mayoritariamente ha sido datado hacia el año 125 de nuestra era, es decir, aproximadamente un siglo después de la fecha probable de la muerte de Jesús -hacia el año 30-). Los evangelios canónicos abarcan los tres evangelios sinópticos (Marcos, Mateo y Lucas), y el de Juan, también conocido como el cuarto evangelio.

No obstante, y si ya de por si los evangelios canónicos son muy posteriores a la muerte de Jesús, no fue hasta bien entrado el siglo IV, concretamente en el año 382, cuando en el Concilio de Roma la Iglesia Católica fijó el denominado Canon Bíblico, el cual fue aprobado definitivamente por los Concilios de Hipona (año 393) y Cártago (años 397 y 419). Finalmente, fue el Concilio de Trento celebrado entre 1545 y 1563 el que fijó definitivamente el canon de la Iglesia Católica, declarándolo además dogma (es decir, que no podía ser discutido por nadie so pena de excomunión....o de algo peor).

Por lo tanto, resulta evidente que el Libro Sagrado del Catolicismo está conformado por una serie de Libros que fueron "declarados aptos" por una serie de personas para las que, desde su punto de vista, eran los que se correspondían con las reales y verdaderas enseñanzas de Jesús (o servían mejor a sus propios intereses o permitían un diseño de la Iglesia conforme a sus propias aspiraciones).

Sin embargo hubo una gran número de textos (conocidos como apócrifos y que suman unas 70 obras que han llegado hasta nosotros completas o fragmentadas) que fueron no sólo relegados al más absoluto de los olvidos sino declarados expresamente heréticos.

Pero es que, además, aún dando por bueno el canon de la Iglesia católica ¿podemos decir que los actuales postulados de la misma siguen la doctrina contenida en los evangelios canónicos? ¿puede afirmarse que la liturgia de la Iglesia Católica esté en consonancia con la simpleza de las enseñanzas de Jesús? ¿podemos convenir que las altas jerarquías de la Iglesia Católica se esfuerzan por ser la imagen de su Maestro?

No quiero ofender a nadie ni herir sensibilidades, solo planteo estas reflexiones para que tu les des respuesta.




No hay comentarios:

Publicar un comentario