viernes, 30 de agosto de 2013

¿Estuvo casado Jesús de Nazaret?

Este, sin duda alguna, es un tema sobre el que se ha hablado y especulado mucho en los últimos tiempos. El simple hecho de pensar que Jesús de Nazaret pudo tener una relación con una mujer (María Magdalena) y, además, que hubiera podido tener descendencia es un tema que enciende la imaginación de todo el mundo.

Si esto fuera cierto los cimientos de la religión católica quedarían sepultados para siempre, lo que hace que el asunto adquiera tintes de misterio prohibido e iniciático, llevando nuestra imaginación hasta los secretos bien guardados de la biblioteca del Vaticano.

Confieso que esta es una teoría que llamó poderosamente mi atención hace ya algunos años, cuando cayó en mis manos el libro El Enigma Sagrado (publicado en 1982), de Michael Baigente, Richarda Leihh y Henry Lincoln. Libro en el que se hablaba de una hipotética dinastía nacida de la unión entre Jesús de Nazaret y María Magdalena. Tras la lectura de este libro mi interés por el tema se despertó y continué indagando sobre el asunto leyendo algunos textos gnósticos, como el denominado Evangelio de Felipe, los evangelios canónicos y algunas otras obras como La Revelación de los Templarios (publicada en 1997), de Lynn Pickett y Clive Princey.

Posteriormente vi como Dam Brown novelaba de forma burda y sin ningún tipo de rigor histórico en su obra El Código Da Vinci la teoría sostenida en el Enigma Sagrado (ya citado), obteniendo un éxito mundial de ventas.

Además, y por si fuera poco, el pasado mes de septiembre del año 2012 salió a la luz pública el descubrimiento de un papiro copto datado en el siglo IV que volvía a reabrir este debate dado que incluía las palabras "Jesús les dijo, mi esposa". Este documento fue dado a conocer en Roma por la profesora de Teología de la Harvard Divinity School of Massachusetts Karen King, quien ha denominado este nuevo papiro con el pretencioso nombre de "El Evangelio de la Esposa de Jesús".

Y es que esta interrogante apunta directamente al centro de nuestra formación judeo cristiana, haciendo tambalearse nuestras más profundas convicciones y aflorando, precisamente por ello, el morbo generalizado.

Sin embargo, y en mi modesta opinión, no existen argumentos que permitan sostener con un mínimo de rigor que Jesús pudo mantener una relación con María Magdalena y mucho menos haber tenido descendencia.

En ningún lugar de los evangelios canónicos se indica que Jesús fuera célibe, casado o viudo. No obstante, se ha venido aduciendo por algunos que dado que Jesús fue un rabino, y el celibato no era propio entre los mismos ya que incumplirían el mandato divino (creced y multiplicaros), tendría que haber estado casado. Sin embargo, y aún siendo lo anterior cierto, hemos de objetar de un lado que en la época de Jesús el papel del Rabino no estaba bien definido (de hecho no lo estuvo hasta la destrucción del segundo Templo en el año 70); y de otro que sí existen datos de que en el siglo I en algunas comunidades Esenias se practicara el celibato (Flavio Josefo y Plinio el Viejo nos dejan constancia de ello), además Juan el Bautista también fue célibe según parece.

Por lo que respecta a los evangelios aprócrifos, en el denominado Evangelio de Pedro sólo se menciona a María Magdalena como testigo de la resurrección de Jesús y en el denominado Evangelio de Felipe se la nombra como discípula cercana a Jesús, tan cercana como los demás apóstoles. También existen varias referencias a María Magdalena en el Evangelio de Tomás.

Por lo tanto, quizás pudiera tildarse de poco común el hecho de que un varón joven en la época de Jesús permaneciera célibe, pero ni mucho menos de imposible.

Desde mi punto de vista todas estas referencias a María Magdalena más que apuntar a una supuesta relación con Jesús de Nazaret, deben hacernos reflexionar sobre el papel que Jesús quiso dar a la mujer en el seno de su Iglesia. Papel sin duda relevante y que la Iglesia Católica a lo largo de los siglos se ha encargado de minimizar ocultando esta parte de su ministerio. Este es el papel de María Magdalena sobre el que debemos preguntarnos. ¿Por qué la mujer ha sido relegada, y aún lo es hoy día, a un segundo plano dentro de la Iglesia? ¿Quiso Jesús que este fuera su papel o, por el contrario, situó a María Magdalena al mismo nivel que al resto de los discípulos?

Y recuerda, estas son mis reflexiones. Plantéate tus propias preguntas e intenta darles respuesta.









domingo, 25 de agosto de 2013

¿Cristianismo puro o catolicismo a la medida?

Querido amigo o amiga, si has tenido la paciencia de llegar hasta aquí y de comenzar a leer un blog con un título como este mereces hacerte la siguiente reflexión:

¿Las enseñanzas que la Iglesia católica ha insertado en el código genético de la gran mayoría de los habitantes de la vieja europa y de una gran parte de los habitantes del resto del mundo durante los últimos siglos responden realmente a la doctrina que un hombre llamado Jesús y nacido en Nazaret nos quiso transmitir, o sus enseñanzas han sido manipuladas, adaptadas, silenciadas aquellas que no convenían, y aniquilados quienes las ponían en duda por una maquinaria eclesial perfectamente engrasada a lo largo de veinte largos siglos que, en la mayoría de los casos, responde a los intereses de la jerarquía católica (la todopoderosa curia), intereses que no siempre pueden ser denominados de loables?

La doctrina de la Iglesia Católica se basa en el contenido de los Evangelios que han venido en denominarse "canónicos" y que probablemente fueron escritos en el siglo I (el Papiro P64, es el más antiguo manuscrito conocido del Nuevo Testamento, apodado como el Papiro Magdalen, por estar en poder del Magdalen College, de Oxford -Inglaterra- desde 1901. Contiene un fragmento del capítulo 25 del Evangelio de Mateo, y ha sido fechado como del siglo I, no anterior al año 66 dC. Es seguido por el Papiro Rylands 457, o también llamado Papiro P52, que contiene un breve fragmento del capítulo 18 del Evangelio de Juan que mayoritariamente ha sido datado hacia el año 125 de nuestra era, es decir, aproximadamente un siglo después de la fecha probable de la muerte de Jesús -hacia el año 30-). Los evangelios canónicos abarcan los tres evangelios sinópticos (Marcos, Mateo y Lucas), y el de Juan, también conocido como el cuarto evangelio.

No obstante, y si ya de por si los evangelios canónicos son muy posteriores a la muerte de Jesús, no fue hasta bien entrado el siglo IV, concretamente en el año 382, cuando en el Concilio de Roma la Iglesia Católica fijó el denominado Canon Bíblico, el cual fue aprobado definitivamente por los Concilios de Hipona (año 393) y Cártago (años 397 y 419). Finalmente, fue el Concilio de Trento celebrado entre 1545 y 1563 el que fijó definitivamente el canon de la Iglesia Católica, declarándolo además dogma (es decir, que no podía ser discutido por nadie so pena de excomunión....o de algo peor).

Por lo tanto, resulta evidente que el Libro Sagrado del Catolicismo está conformado por una serie de Libros que fueron "declarados aptos" por una serie de personas para las que, desde su punto de vista, eran los que se correspondían con las reales y verdaderas enseñanzas de Jesús (o servían mejor a sus propios intereses o permitían un diseño de la Iglesia conforme a sus propias aspiraciones).

Sin embargo hubo una gran número de textos (conocidos como apócrifos y que suman unas 70 obras que han llegado hasta nosotros completas o fragmentadas) que fueron no sólo relegados al más absoluto de los olvidos sino declarados expresamente heréticos.

Pero es que, además, aún dando por bueno el canon de la Iglesia católica ¿podemos decir que los actuales postulados de la misma siguen la doctrina contenida en los evangelios canónicos? ¿puede afirmarse que la liturgia de la Iglesia Católica esté en consonancia con la simpleza de las enseñanzas de Jesús? ¿podemos convenir que las altas jerarquías de la Iglesia Católica se esfuerzan por ser la imagen de su Maestro?

No quiero ofender a nadie ni herir sensibilidades, solo planteo estas reflexiones para que tu les des respuesta.




El Cristianismo y la religión Egipcia.

Siempre me ha llamado la atención la religión, es más, mis más profundas reflexiones acaban llevándome inexorablemente al terreno de la religión.

El ser humano siempre ha necesitado adorar a algo o a alguien. Al Sol, a un Astro, a la Madre Tierra, a un Dios, a un Semi Dios, a un Profeta....a lo que sea. Sobre la base de esas adoraciones tan dispares entre sí pero tan sumamente idénticas en lo esencial se han construidos templos, se han dictado dogmas, se ha conspirado y se ha derramado sangre suficiente como para vaciar y llenar con ella los océanos. 

El hombre necesita respuestas, muchas, y la religión intenta llegar donde nuestro conocimiento empírico de las cosas no lo hace.

Pero, ¿y si el cristianismo realmente tuviera un referente muy anterior a la llegada de Jesús de Nazaret?

Si nos fijamos, al igual que Jesús de Nazaret vino a la tierra para dejarnos su mensaje y establecer una nueva religión resucitando al tercer día de entre los muertos (punto esencial del Cristianismo), en la mitología egipcia Osiris, Dios fundador de la nación Egipcia que enseñó a los hombre la civilización, las leyes, la agricultura y como adorar a los dioses, tras ser asesinado como hombre por su hermano Seth (que representa al mal) resucitó, ya como Dios,  tras ser encontrado por Isis, su esposa (representando así el triunfo del bien sobre el mal). 

Ni que decir tiene que las coincidencias con la muerte de Jesús de Nazaret a manos del Sanedrín (representación del mal) y su posterior resurrección tras haber sido hallado en el sepulcro por María Magdalena es más que evidente. Pero las coincidencias continúan.

Osiris también preside el Juicio de los Difuntos en la mitología egipcia. Y en la ciudad de Abidos, durante el imperio medio, existía una importante celebración llamada "Misterios de Osiris" que consistía en rememorar la muerte, entierro y resurección de Osiris. Los asistentes a dicha celebración obtenían la promesa de vida eterna. Además en el culto a Osiris se comía pan y se bebía cerveza (en la eucaristía cristiana se bebe vino y se como pan).

Isis, la esposa de Osiris, se representa en innumerables ocasiones sentada en un trono y con su hijo pequeño (Horus) en brazos. Hijo que fue concebido de Osiris sin relación sexual alguna ya que Seth tras matar a su hermano Osiris cortó su cuerpo en catorce pedazos que distribuyó por todo Egipcio, pedazos que fueron buscados y encontrados por Isis con la ayuda de Anubis y Neftis, con excepción del pene. Con estos pedazos (excepto el pene) reconstruyeron a Osiris quien concibió en Isis a su hijo Horus.

No podemos pasar por alto que el pueblo judío fue esclavo del pueblo egipcio lo que pudo propiciar que éstos absorvieran su religión. De la misma forma Jesús de Nazaret de cuyos primeros treinta años nada se sabe, bien podría haber tenido acceso a la mitología egipcia o a la adaptación que de ella hubiera hecho el pueblo judío.

Finalmente tampoco podemos olvidarnos de los Coptos, egipcios que profesan algún tipo de fe cristiana y cuya historia se remonta a los tiempos del antiguo Egipto (de hecho los miembros de la Iglesia Copta consideran que muchos de sus ascendentes fueron los constructores de la pirámides).

En fin todo esto no son más que reflexiones para que tu te plantees tus propias preguntas e intentes darle una respuesta. No pretendo asegurar nada, solo que te permitas la licencia de intentar ver las cosas desde otra perspectiva.

jueves, 22 de agosto de 2013

El Misterio de los Templarios y America

Mi primera entrada no podía ser sobre otro tema.

Los templarios siempre me han atraído, y ello aún cuando es sumamente difícil encontrar bibliografía que aborde este asunto con seriedad y rigor histórico, desprovisto de falso esoterismo y pretenciosas teorías místicas.

La Orden de los Pobres Caballeros de Cristo y del Templo de Salomón (más conocida popularmente como Orden del Temple o Caballeros Templarios), fundada por nueve caballeros franceses liderados por Hugo de Payens en el año 1119 (si bien algunos lo sitúan en 1118), y con una historia de poco menos de dos siglos ha sido, sin duda alguna, la Orden Militar que más poder ha acaparado. Entendiendo por poder no solo el que otorga el enorme poderío económico que poseían, sino poder efectivo. Y ello dado que según su propia Regla, aprobada en el Concilio de Troyes en el año 1129, no se encontraban bajo la soberanía de ninguno de los monarcas en cuyos Estados tenían sus numerosas encomiendas sino que obedecían directamente al Papa, lo que le otorgaba una formidable independencia, tanto política como comercial.

Gracias a sus posesiones en Tierra Santa los Templarios bebieron de las múltiples fuentes de conocimiento que les ofrecía el Islam, amalgamando éstos con la tradición cristiana existente en Europa. Quizás, y estoy convencido de ello, llegaron a la inevitable conclusión de que las tres grandes religiones no solo tienen un origen común, sino que se encaminan a un mismo fin (tema que abordaré en otro momento). Esta simbiosis cultural les hizo alcanzar un sentido gnostico de la religión, visión que hubo ser mantenida en secreto dentro de un reducido grupo de iniciados pertenecientes a la propia orden para no ser tildados de herejes.

De la misma forma los Templarios accedieron a conocimientos naúticos y científicos, conocimientos que permanecían en secreto y que hablaban de nuevas y ricas tierras más allá de los confines del océano atlántico. Más allá del final de la tierra conocida (de hecho se han descubierto recientemente mapas, como el de Piri Res, anteriores a 1492 en los que aparece la costa americana).

Solo así se explica que una Orden que tenía múltiples posesiones en la vieja Europa, y en Asia (fundamentalmente en Tierra Santa) tuviera el puerto principal de su flota en la localidad de La Rochelle, un puerto situado en la costa atlántica francesa, cuando lo lógico hubiera sido  que la sede de su flota estuviera en algún puerto de la ribera mediterránea.

O que en la capilla de la localidad escocesa de Roslin, denominada Capilla Rosslyn, fundada por Guillermo Sainclair, Primer Conde de Caithnes, una familia noble escocesa descendiente de los Caballeros Normados, herederos a su vez de los Caballeros Templarios, terminada de construir en el año 1480,  presente tallas de mazorcas de maiz (alimento procedente de América) adornando uno  de sus arcos.

O que la expedición emprendida por Cristobal Colón en 1492 y que culminó con el "descubrimiento" de América llevara cruces templarias en las velas de cada uno de los navíos (lo que habría de servir para que los pobladores de aquellas tierras los reconocieran).

Cuando en 1312 el Papa Clemente V cedió a las presiones del Rey francés Felipe IV (considerablemente endeudado con la Orden) para que aboliese el Temple y éste pudo, por fin, entrar en todas sus posesiones y encomiendas, no halló rastro alguno del fabuloso tesoro de la Orden ni de ninguna de sus riquezas.

Si reflexionas sobre todo lo que te he indicado, y a ello le unes que es bastante probable que el Gran Maestre de la Orden (Jaques de Molay) estuviera al tanto de las intenciones del Rey Francés y dispusiera de cierto margen para poner a buen recaudo el tesoro de la Orden, quizás puedas alcanzar tus propias conclusiones sobre el lugar en que se escondió dicho tesoro.


miércoles, 21 de agosto de 2013

Pues eso, ¿por qué un blog?

Si has llegado hasta aquí, no sé cómo, pues hola.

¿Porqué un blog? Pues porque así puedo hablar con alguien, aunque sea conmigo mismo, sobre aquellos temas que me parecen interesantes y sobre los que, por diversos motivos, no puedo hablar con nadie.

No aspiro a que mi blog sea el más leído de la red, es más, ni siquiera creo que lo vaya a leer nadie. Aún así, si has llegado hasta aquí y te apetece curiosear algunas de mis entradas, bienvenido eres.

¿La Hostería del Laurel? En ella estáis caballero. Y recuerda que la verdad tiene tres niveles: mi verdad, tu verdad y La Verdad.