El apasionante y misterioso Nikola Tesla

Reconozco que la figura de Tesla me fascina. Mientras la mayoría de la gente mira con admiración a Einstein (no sin motivos, por supuesto) yo no puedo evitar sentir una enorme curiosidad por este gran olvidado de la historia. El más grande inventor de todos los tiempos y, sin embargo, condenado al más absoluto de los olvidos. Pero, ¿por qué?

Tesla, de origen Servio, es conocido por haber sido el precursor de la corriente alterna, lo que le provocó un enfrentamiento con Thomas Alva Edison (defensor de la corriente continua)  para quien trabajaba desde que llegó a E.E.U.U. en 1884. Tesla consiguió en 1893 demostrar que la corriente alterna era más efectiva que la corriente continua, para ello logró transmitir energía electromagnética, sin cables, construyendo el primer radiotransmisor. Sin embargo, y aún cuando este invento fue patentado por Tesla en 1897, ha sido Marconi quien ha pasado a la historia como el inventor de la radio, algo completamente erróneo si tenemos en cuenta que éste no realizó su primera transmisión hasta dos años después de la efectuada por Tesla, siéndole denegada en 1900 el registro de su patente al considerarse una copia de la patente de Tesla. Finalmente en el año 1943 la Corte Suprema de los E.E.U.U. falló a favor de Tesla, declarándolo inventor de la radio. No obstante, y de forma incomprensible, la mayoría de los libros mencionan aún a Marconi como el inventor de la radio.

Tesla no sólo centró sus esfuerzos en la corriente alterna, inventando el alternador, el motor polifásico y la bobina de Tesla (patentada por él con tan solo treinta y cinco años y con la que consiguió generar un millón de voltios empleando una bobina cónica), en abril de 1897 comenzó a investigar lo que después se llamó rayos X, explorando igualmente la telegrafía sin hilos y el control remoto. En 1891 consiguió demostrar la transmisión inalámbrica de energía. Inventó las lámparas fluorescentes, lámparas de descarga inalámbricas, una máquina para inducir el sueño y un largo etcétera. A Tesla le bastaba con dormir apenas un par de horas al día, lo que le dotaba de una más que notable capacidad de trabajo, además no necesitaba realizar planos ya que era capaz de visualizar mentalmente sus inventos con enorme precisión antes de ejecutarlos. 

Pero la etapa de Tesla más enigmática fue, al menos para mi, la pasó en Colorado Springs. Tesla quería trabajar y experimentar con potencias eléctricas de decenas de millones de voltios por lo que en 1899 montó un laboratorio en la ladera del Pike´s Peak, de 4.300 metros de altitud, un lugar cercano a Colorado Springs.  Sin embargo Tesla dio muy pocas explicaciones sobre lo que allí hacía.

En dicho laboratorio observó señales eléctricas que él identificó como señales inteligentes que provenían de un mundo exterior, es decir, extraterrestre. Tesla habló públicamente y por primera vez de su hallazgo en el artículo “Hablando con los Planetas”, publicado en el periódico semanal Collier en marzo de 1901. En dicho artículo Tesla afirmaba

“Cuando estaba mejorando mis máquinas para la producción de acciones eléctricas intensas, también estaba perfeccionando los medios para observar acciones débiles. Uno de los resultados más interesantes, y también uno de gran importancia práctica era el desarrollo de ciertas invenciones para indicar a la distancia de muchos cientos de millas una tormenta que se acercaba, su dirección, velocidad y distancia. Fue continuando este trabajo que por primera vez descubrí esos misteriosos efectos que han despertado tal inusual interés. Yo había perfeccionado el aparato referido, hasta el punto que desde mi laboratorio en las montañas de Colorado podía sentir el pulso del globo, notando cada cambio eléctrico que ocurría dentro de un radio de 1.100 millas. Nunca podré olvidar las primeras sensaciones que experimenté cuando supe que había observado algo de consecuencias posiblemente incalculables para la humanidad”.

Tesla notó que las señales eléctricas que recibía eran señales repetitivas, pero con una naturaleza distinta a las observadas en tormentas y ruido terrestre. A partir de ahí dedicó la mayor parte de su tiempo a estudiar estas señales y a inventar algún tipo de objeto que le permitiera comunicarse con estos extraterrestres que enviaban las señales. De hecho es el inventor de varios objetos que, según él, podían enviar enormes cantidades de energía a otros planetas; así en 1937, durante una conferencia de prensa en el día de su cumpleaños, Tesla anunció:

“Estos años he dedicado mucho de mi tiempo a perfeccionar un nuevo aparato, pequeño y compacto, mediante el que puedo enviar energía, en cantidades considerables y a través del espacio, a cualquier distancia, sin la menor dispersión”. 

Tesla nunca reveló públicamente los detalles técnicos de su transmisor mejorado pero en 1937 reveló una nueva fórmula: 

"La energía cinética y potencial de un cuerpo es el resultado del movimiento y determinado por el producto de su masa y el cuadrado de su velocidad. Si reducimos la masa, la energía será reducida a la misma proporción. Si se redujera a cero, la energía sería igualmente cero para cualquier velocidad finita”.

El genial científico dejó Colorado Springs el 7 de enero de 1900. El laboratorio fue demolido y su contenido vendido para pagar las deudas (muy abundantes, por cierto, ya que nunca había echado cuenta a sus finanzas, que vivió durante más de veinte años en el hotel Waldorf Astoria y que, en muchas ocasiones, como pago de sus deudas dejaba cajas repletas de documentos, dibujos y proyectos sobre inventos). El conjunto de los experimentos allí preparados por Tesla para el establecimiento de la transmisión de telecomunicaciones inalámbricas trasatlánticas fue conocido como Wardenclyffe. No obstante nadie sabe a ciencia cierta los resultados de los experimentos llevados a cabo allí.

Para Tesla estas comunicaciones extraterrestres con nuestro planeta habían sido constantes a través de los siglos y tenían como objetivo comunicarse con seres de otros planetas que vivían entre nosotros y que eran los encargados de llevar a los hombres por un camino de evolución. Es decir según Tesla nuestro planeta, desde hacía siglos, estaba poblado por seres de otro planeta; seres con apariencia humana pero que, en realidad, no lo eran; seres que se comunicaban con su planeta mediante estas señales interceptadas por Tesla. A priori esta teoría parece ser completamente descabellada, pero ¿que podemos pensar si la misma parte de una de las mentes más privilegiadas, sino la más, del pasado siglo XX? ¿situó Tesla su dedo en el centro de la llaga y quizás por eso se le ha condenado al más absoluto de los olvidos? ¿tiene esto algo que ver con el hecho de que cuando murió el gobierno de los Estados Unidos incautara todos los documentos de su despacho que contenían sus investigaciones y buscara de forma incansable los distintos baúles de documentos con los que había pagado las cuentas de algunos de los hoteles en los que se había alojado? ¿Nos sitúa esta afirmación de Tesla ante una explicación sobre el origen de las pirámides y de tantos otros misterios de la antigüedad? Da Vinci, Einstein..Jesús de Nazaret.

El genial Tesla da para hablar mucho más (como sus supuestos experimentos con el denominado Rayo de la Muerte, un arma mortal que afirmó haber inventado pero que no se sabe si usó realmente; lo que si conocemos es que la misma noche que dijo haber probado el arma, el 30 de junio de 1908, una explosión de gran magnitud devastó Tunguska, una región del desierto Siberiano, destruyendo quinientos mil acres de tierra de forma instantánea y siendo oída la explosión a una distancia de 620 millas); no obstante, y de momento, te dejo estas líneas para que reflexiones. Pero recuerda, estas son mis interrogantes, haz tus propias preguntas e intenta darles respuesta.