Está muy en boga últimamente la palabra friqui, o friky, del inglés freak (extraño, extravagante, estrafalario, fanático); término coloquial que se utiliza, la mayoría de las ocasiones despectivamente, para referirse a una persona con aficiones inusuales. Incluso la Real Academia Española de la Lengua incluyó en el año 2012 la palabra "friki" en el avance de la vigésimo tercera edición de su diccionario.
Y claro, como no podía ser de otro modo, se ha dado en utilizar esa palabra, friki, para calificar a todas aquellas personas que se salen, o nos salimos en ciertas cosas, de la norma; a aquellas personas que hacen o dicen lo que les gusta o lo que piensan sin pensar en el que dirán y sin estar sometidos a una norma social que, en muchos casos, no se sabe muy bien quien la fijó, ni porqué lo hizo.
Antes, claro, no se decía friki, se decía "rarito", pero resultaba igualmente despectivo. Evidentemente al común de la masa no le hace gracia alguien que se desmarque de la línea trazada, alguien que diga abiertamente que le importa un pimiento el fútbol, que le aburran las conversaciones del lunes sobre qué equipo ha ganado o a cuantos puntos está del descenso, que odie las radio fórmulas, que no soporte los reality (anglicanismo que podría traducirse como "tu me pagas y yo te lo enseño todo"). En fin, ¿que no sigues el patrón? Pues toma, eres un friki.
Pero ojo, amigos frikis, no caigáis en el recurso fácil de convertiros en una tribu urbana, en un grupo social que se excluye de los demás. No busquéis una diferenciación obvia con los demás, no hace falta vestirse de Hobbit para ir al cine, ni ir por ahí con pinta rara.
Un friki tiene que ser alguien intelectualmente interesante, alguien que se diferencia de los demás por sus inquietudes, por su falta de arraigo con la norma social si esta resulta rancia y anticuada. Puede ser divertido, tiene que ser divertido.
Amigos frikis!
Pero ojo, amigos frikis, no caigáis en el recurso fácil de convertiros en una tribu urbana, en un grupo social que se excluye de los demás. No busquéis una diferenciación obvia con los demás, no hace falta vestirse de Hobbit para ir al cine, ni ir por ahí con pinta rara.
Un friki tiene que ser alguien intelectualmente interesante, alguien que se diferencia de los demás por sus inquietudes, por su falta de arraigo con la norma social si esta resulta rancia y anticuada. Puede ser divertido, tiene que ser divertido.
Amigos frikis!